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Retomemos la senda del pleno empleo.

Juan Pablo Riesgo, socio responsable de EY Insights

La duodécima edición del Human Capital Outlook, del Instituto EY Sagardoy Talento e Innovación, pone de manifiesto los nuevos desafíos a los que se enfrenta el mundo laboral, como la digitalización, la robótica o las transiciones energética y demográfica. Un entorno que -concluye- requerirá la actualización del marco de relaciones laborales, la modernización de las políticas activas de empleo y la mejora de la formación, aparte de una apuesta decidida por la atracción de talento.

Este documento trimestral, elaborado con la colaboración de FEDEA (Fundación de Estudios de Economía Aplicada), analiza la evolución del mercado del trabajo y las tendencias en el ámbito laboral. Su objetivo es el de servir como herramienta a la comunidad de profesionales y expertos en mercado de trabajo, relaciones laborales y recursos humanos, quienes navegan en un contexto cada día más complejo y cambiante.

La primera parte del documento, Observatorio Trimestral del Mercado de Trabajo, extrae las principales tendencias observadas en este mercado, entre ellas, la creciente importancia de la flexibilidad laboral y la necesidad de fomentar la inclusión y la diversidad en el entorno laboral, así como el aumento en la demanda de competencias digitales y soft skills, esenciales para adaptarse a los cambios tecnológicos y organizativos. Asimismo, destaca el hecho de que la población que accede a su primer empleo legal en España ha crecido tras la pandemia hasta alcanzar los niveles previos a la Gran Recesión. Además, mientras antes de la última reforma laboral el 80% de la población ingresaba con un contrato temporal, hoy cerca del 65% lo hace con un contrato indefinido ordinario o fijo discontinuo.

Un segundo capítulo, relativo a la Actualidad jurídico-laboral, analiza las normas de impacto laboral que han sido adoptadas en el último trimestre del año que acaba de concluir y hace referencia a los proyectos de ley y proposiciones de ley de trascendencia laboral pendientes de aprobación, todas ellas con gran impacto y trascendencia. La protección del colectivo LGTBI, los enfermos de ELA y los afectados por la DANA son básicamente la razón de ser de las normas aprobadas, compendiadas en esta edición del informe. Sin olvidar la extensión de la garantía de indemnidad a los familiares contemplada en la reciente Ley de Defensa.  Y la modificación del ET (Estatuto de los Trabajadores) en relación con el cambio climático y las catástrofes naturales.

La tercera y última parte del informe hace referencia a las Tendencias en Capital Humano que, de cara a este 2025, se enfocan en la transformación digital, la movilidad global y la gestión del talento. Así, basado en el estudio de EY “Mobility Reimagined”, se reconocen oportunidades clave en la atracción de talento internacional y la adaptación a entornos cambiantes. Y se remarca la importancia de las competencias tecnológicas y organizativas, indispensables para la productividad empresarial.

Con todo ello, esta última edición del Human Capital Outlook refleja que la evolución de la actividad económica española sigue sorprendiendo por su dinamismo, en forma de un robusto crecimiento del empleo y de la población activa. Sin embargo, la tasa de desempleo se sitúa aún en el 12,3%, lejos del mínimo del 7,9% alcanzado antes de la crisis financiera. Una tasa que, por cierto, parece haber detenido su reducción durante el último año.

En este escenario, urge retomar la senda del pleno empleo abordando con determinación los desafíos que tiene por delante nuestro mercado laboral; la digitalización, la transición energética y el reto demográfico, entre otros. Y para que estos desafíos estructurales se materialicen en oportunidades y permitan avanzar hacia el pleno empleo es preciso dar un nuevo impulso a la agenda por el talento, invirtiendo en formación e impulsando una regulación, que garantice la mejora de la calidad del sistema educativo.

Unas inversiones que deberán ir acompañadas de reformas que aborden los grandes retos de nuestro mercado laboral, con un marco de relaciones laborales flexible y seguro que reduzca la dualidad efectiva, elimine desincentivos a la mejora de productividad con la antigüedad, e incentive la retención y atracción de talento joven, senior y femenino. Un modelo de perfilado, orientación, intermediación y formación profesional para el empleo moderno, digitalizado y eficaz. Y con un marco de protección social y desempleo que aporte recursos suficientes e incentive la transición al empleo, evitando la trampa de la pobreza a la que se someten los desempleados que dejan de buscar activamente empleo.

Al mismo tiempo, también deberíamos apostar por un sistema de pensiones que evite confiar el grueso del proceso de consolidación en subidas de cotizaciones que afecten a la competitividad de la economía nacional y, en definitiva, a nuestro mercado laboral.

En nuestra opinión, esta agenda por el empleo requiere además de la implementación de políticas públicas y prácticas empresariales adecuadas, de conductas individuales responsables de los trabajadores, comprometiéndose con la recualificación permanente, reforzando las habilidades que les complementan con la tecnología en vez de reemplazarlas, y en las competencias necesarias para impulsar la transición energética. En definitiva, reforzando su empleabilidad, que es el mejor seguro con el que pueden contar.

No hay tiempo que perder. Ni margen para desviarnos de la senda con nuevas regulaciones que incrementen el coste laboral o limiten la flexibilidad sin acompañar de mejoras de productividad. Retomemos la senda hacia el pleno empleo para conseguir trasladar los beneficios del dinamismo económico a la mejora de los niveles de bienestar social.

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