InnovaciónLegalTecnología

De revisar contratos a preparar un juicio: así se usa la IA generativa en las asesorías jurídicas y fiscales.

La inteligencia artificial generativa está suponiendo una revolución en el sector legal… y no ha hecho más que empezar. Te contamos casos de uso concretos.

La inteligencia artificial se ha colado en las conversaciones de todas las empresas e instituciones públicas. Todas son conscientes de las posibles ventajas que puede traerles la IA, especialmente la generativa, pero, ¿de verdad la están aplicando? ¿O el discurso se queda en una declaración de intenciones que, sin embargo, no llega a concretarse?

En la actividad legal y fiscal, las compañías son conscientes de la utilidad de la IA generativa, en su caso, trabajan con material muy delicado: sentencias, contratos, datos fiscales de empleados y proveedores, acuerdos comerciales, cuentas financieras… La adopción de esta tecnología requiere de un tratamiento muy específico y un especial cuidado de los datos.

Revisión de contratos

Revisar bien un contrato, proponer cambios o establecer condiciones es una tarea sumamente delicada en la que, no obstante, la IA generativa puede ser de gran ayuda. «En un contrato habitual, defines los parámetros de lo que estás dispuesto a aceptar (o no). Por ejemplo, en un NDA, decides qué compromisos vas a poder asumir: tipo de información cubierta por la confidencialidad, condiciones sujetas a una u otra normativa, ley aplicable, limitación de la responsabilidad… De modo que, si una IA conoce esos parámetros con los que te sientes más cómodo, puede ayudarte a revisar un acuerdo y asegurarte de que se encuentra dentro de esas líneas», nos cuenta Beatriz Hoya, directora de NewLaw en PwC Tax & Legal.

En estos casos, para aprovechar las ventajas de la IA generativa, «puedes darle toda esa información, bien adjuntándole contratos anteriores que hayas firmado o definir directamente qué tipo de condiciones quieres aceptar y cuáles no». De este modo, si una organización recibe una propuesta de contrato, «la IA puede revisarlo y marcar las condiciones aceptables, las no aceptables y las que pueden ser negociadas». Hasta puede proponer cambios concretos en aquellas condiciones con las que el cliente no se sienta cómodo, incluso argumentando el porqué de esos cambios.

Análisis de sentencias

Supongamos que una firma jurídica está asesorando a un cliente o empresa que se encuentra ante una situación de posible litigio. Añadamos que en el sector en el que están trabajando, hay miles de sentencias que pueden servir de ayuda a la hora de enfocar un juicio. Ante un volumen de datos tan inmenso, ¿Tiene sentido que un profesional examine personalmente miles de sentencias (o las que alcance a examinar)? Con la IA generativa parece evidente que no.

«La IA puede realizar toda esa investigación», añade Hoya, «analizando cada sentencia de manera automática, examinando las argumentaciones legales, legislación citada, buscando patrones en dichas sentencias, etc.». De este modo, afirma, «puede sugerirle al profesional un enfoque de argumentación muy concreto, ya que habrá concluido que ese tipo de argumentos suelen dar veredictos más favorables». Pero el asunto va más allá: «Si no hay muchas sentencias favorables, también puede sugerir alcanzar un acuerdo previo y no ir a juicio».

Actualización de normativas

Muchas empresas trabajan en un ámbito geográfico diverso, deben ajustarse a la normativa que impere en cualquier país,en caso de que este país modifique o actualice sus leyes, la compañía debe hacer lo propio. El problema es que, en ocasiones, modificar una normativa implica una larga lista de nuevos requisitos legales y fiscales que deben ser actualizados en cada uno de los contratos firmados.

En este caso, la IA generativa puede procesar todos los contratos que dicha compañía tiene establecidos en ese país. Tras su análisis, detectará que cláusulas o condiciones deben ser revisadas o actualizadas, del mismo modo que propondrá el texto del nuevo contrato para adaptarse a la nueva normativa.

La IA en la función fiscal

Los departamentos fiscales de las empresas también están utilizando la IA para mejorar sus procesos, ser más eficientes, transformarse y aportar más valor a sus compañías. En un primer momento, están identificando y priorizando aplicarla a aquellos casos de usos más rentables. Por ejemplo, «en los procesos de recepción y respuesta de notificaciones electrónicas de carácter masivo por parte de los contribuyentes, en la elaboración de la documentación de precios de transferencia y en la elaboración de informes de asesoramiento para el negocio. Estos son solo algunos de los casos de uso sobre los que se puede comenzar a trabajar», afirma Francisco González, socio de New Law en PwC Tax & Legal.

Hay otras aplicaciones que no son tan fáciles de identificar, de mucho impacto, y donde la IA generativa puede ser de una verdadera solución. «Los LLMs, o modelos de lenguaje de gran tamaño, son capaces de analizar grandes volúmenes de información, sistematizarla, encontrar patrones que identifiquen a qué se refiere cada dato y simplificar enormemente procesos complejos como la revisión de datos fiscales para acometer procesos de due diligence legales y fiscales en la compra y venta de empresas», indica González.

La inteligencia artificial generativa no solo está ya presente en muchos procesos legales y fiscales de las empresas, sino que su presencia, de hecho, va a seguir aumentando. «La tecnología avanza tan rápido, que las empresas tienen que pensar para qué usan la IA hoy… y para qué querrán usarla mañana», añade Beatriz Hoya.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba