Empresa y Salud

2 DE CADA 3 ESPAÑOLES ASEGURA SENTIRSE CAPAZ DE ADAPTARSE A CAMBIOS E IMPREVISTOS, PERO A COSTA DE SU BIENESTAR EMOCIONAL

  • Los constantes cambios en el entorno laboral exigen adaptarse de forma continua, pero cuando se prioriza únicamente el rendimiento y la productividad, se corre el riesgo de comprometer la salud mental.
  • Una resiliencia saludable mejora el rendimiento, la confianza y el compromiso dentro de los equipos. Por el contrario, la necesidad de aguantar a toda costa puede derivar en lo que se conoce como “resiliencia tóxica”.
  • Según los expertos de Cigna Healthcare, fomentar un liderazgo consciente, aprender a gestionar el tiempo de forma equilibrada para establecer límites saludables, estimular la creatividad y la innovación y fomentar la conexión social son estrategias fundamentales para impulsar una resiliencia sana y sostenible en el tiempo.

Madrid, 21 de abril de 2025. Vivir en un entorno laboral de presión y cambios constantes puede llevar a confundir la capacidad de adaptación continua con la idea de un trabajo sin descanso, basado en la exigencia y no en el autocuidado. Sin embargo, mantener un alto rendimiento sin tener en cuenta el bienestar emocional puede terminar debilitando tanto la productividad, así como desgastar la salud mental a largo plazo si no va acompañada de estrategias saludables.

La resiliencia, un concepto que comenzó a popularizarse especialmente durante la pandemia del COVID-19 es una habilidad clave para adaptarse a cambios en situaciones adversas. Dentro del entorno laboral, esta no solo mejora el rendimiento, sino que también refuerza la colaboración, la confianza y el compromiso dentro de los equipos, generando un entorno de trabajo más positivo y colaborativo. Y es que, según el Cigna International Health Study 2024, España presume de ser uno de los países más resilientes, con un 69% de la población que afirma sentirse capaz de adaptarse a cambios e imprevistos con facilidad. Sin embargo, la resiliencia no solo se trata de reaccionar ante las nuevas circunstancias, sino de hacerlo de manera saludable y sin caer en mecanismos de afrontamiento que puedan llegar a ser perjudiciales para la salud. Cuando esto ocurre y se ignoran las señales de agotamiento o se reprimen las emociones, puede llegar a convertirse en un mecanismo destructivo, generando un falso sentido de fortaleza y estabilidad y debilitando la salud mental. Interpretarla como una necesidad de tener que adaptarse a todo puede derivar en lo que se conoce como resiliencia tóxica o la idea de «resistir a toda costa».

“Cuando la resiliencia se confunde con la exigencia y el resistir a toda costa, se pierde el verdadero sentido de adaptabilidad”, comenta Amira Bueno, directora de Recursos Humanos de Cigna Healthcare España. “No es una cualidad con la que se nace, sino una habilidad que se puede desarrollar y fortalecer con el tiempo, aprendiendo de los errores y de la experimentación. Es una inversión en la salud emocional y el bienestar general, ya que permite afrontar problemas sin comprometer el equilibrio personal ni el rendimiento a largo plazo.”

Para ello, los expertos de Cigna Healthcare España, recomiendan aplicar las siguientes estrategias que impulsan el desarrollo de una resiliencia saludable:

  • Fomentar un liderazgo mindful. Ser un buen líder implica contar con la capacidad para estar presente y conectado con las necesidades del equipo. Adoptar un enfoque consciente permite a los líderes estar más conectados con las necesidades de su equipo, mostrando empatía y mejorando la toma de decisiones. Un liderazgo mindfulness promueve un ambiente de confianza, apoyo y delegación efectiva, lo que no solo refuerza la resiliencia del equipo, sino también la de los propios líderes al reducir el estrés y mejorar la cohesión.
  • Desbloquear la resiliencia a través de la innovación. Estimular la creatividad genera una adaptación más ágil a los cambios, desarrollando soluciones innovadoras con una mentalidad que no teme al error. Al fomentar un ambiente donde la experimentación es bienvenida, se abraza una cultura de aprendizaje continuo frente a la adversidad.
  • Gestión inteligente del tiempo. Métodos como el «Pomodoro Mindful«, que alterna periodos de concentración con descansos breves, ayudan a los empleados mantener la productividad sin perder el bienestar emocional. Al integrar pausas en la rutina diaria, se favorece la restauración del equilibrio y se minimiza la fatiga mental, elementos clave para fortalecer la resiliencia frente a cargas laborales intensas.
  • Establecer límites saludables. Reconocer la importancia de decir «no» y establecer límites claros en el trabajo es clave para evitar el agotamiento. Aprender a gestionar el tiempo y las expectativas, sin sentir la obligación de estar disponible todo el tiempo, hace posible mantener un equilibrio entre las obligaciones laborales y la vida personal, lo cual es esencial para preservar la resiliencia a largo plazo.
  • Fomentar la conexión social dentro del equipo. Contar con un sistema de apoyo consolidado dentro del equipo puede ayudar a gestionar las adversidades laborales de una manera más equilibrada y menos aislada. El trabajo colaborativo y grupal reduce los efectos negativos de la resiliencia tóxica.

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