Ocho de cada diez abogados ya usan IA para preparar sus casos, y casi la mitad lo hace a diario.

El uso de inteligencia artificial en el sector legal crece a pasos agigantados, optimizando la productividad y redefiniendo la práctica jurídica. El 80% de los abogados ya usa IA semanalmente y casi la mitad a diario. El impacto no solo se mide en eficiencia, sino también en competitividad en el trabajo diario.
Noviembre, 2025. La inteligencia artificial ya no se limita a agilizar búsquedas o redactar borradores: está transformando cómo se negocia, se prepara un caso y se toman decisiones estratégicas. Según la Asociación Europea de Tecnología Jurídica (ELTA), ocho de cada diez abogados utilizan IA generativa al menos una vez por semana, y un 50 % lo hace a diario.
Una de las tendencias más relevantes del último año es el aumento de acuerdos antes de llegar a juicio, impulsados por herramientas capaces de organizar expedientes, simular escenarios y estructurar argumentos con precisión. Un ejemplo llamativo es el de Elena Robles, abogada especializada en derecho civil, que empezó a trabajar con Maite.ai en mayo. “Lo que antes me llevaba tardes enteras ahora lo resuelvo en menos de dos horas. Pero lo importante no es el ahorro de tiempo, sino la claridad que te da cuando tienes que sentarte a negociar”, explica.
Elena relata que su último caso —que preveía largo y conflictivo— se cerró de forma anticipada. “Pude organizar toda la estrategia, valorar riesgos y preparar propuestas alternativas. Llegué a la reunión con todos los escenarios listos. Y eso aceleró el acuerdo”, cuenta. Situaciones así, hasta ahora esporádicas, se están volviendo cada vez más comunes.
Los datos acompañan esta tendencia. La Asociación Europea de Tecnología Jurídica (ELTA) confirma que el 90 % de los abogados que ya usan IA reconoce una mejora directa en su desempeño. En procedimientos familiares y civiles, los profesionales reportan un incremento notable en acuerdos extrajudiciales gracias a la posibilidad de planificar negociaciones con antelación.
Pero la transformación no se limita a Europa. En Estados Unidos, un estudio de la ACC y Everlaw revela que una de cada cuatro empresas ha logrado ahorros reales en sus departamentos jurídicos gracias a la IA generativa, un indicador de cómo esta tecnología empieza a integrarse en toda la cadena de valor legal.
Pero el impacto va más allá de los despachos. Alejandro Castellano, CEO de Maite.ai, cree que en menos de cinco años los jueces podrían incorporar la inteligencia artificial en su trabajo diario. «No para reemplazar su criterio, sino para contar con una base más sólida y fundamentada a la hora de dictar sentencias», afirma.
El impacto no solo se mide en eficiencia, sino también en competitividad. Profesionales independientes —que antes necesitaban horas de despacho para preparar casos complejos— ahora pueden trabajar con la misma precisión que una firma de mayor tamaño. Como señala Robles: “La IA no te hace mejor abogada. Te permite demostrar lo buena que eres sin que la burocracia se coma tu tiempo.”
Lo que ayer parecía ciencia ficción, hoy se traduce en una ventaja competitiva real. La profesión legal está entrando en una nueva era, y quienes sepan adaptarse rápido podrán liderar el cambio.



