La Inversión en formación sigue siendo el talón de Aquiles de las empresas españolas frente a la disrupción tecnológica.

● Solo la mitad (un 50,97%) de las empresas españolas destinan un presupuesto a formación de sus empleados.
● Únicamente un 23,87% permiten inversiones en tecnología superiores a los 50.000€.
Un nuevo estudio realizado por ANDATA para EDUCA EDTECH Group saca a la luz una paradoja significativa en el tejido empresarial español: mientras la disrupción tecnológica ofrece herramientas de productividad probada, la reticencia a realizar inversiones sustanciales en tecnología y, sobre todo, en la formación necesaria para adoptarla plenamente, frena la competitividad del país.
Y es que, aunque la inversión global en tecnología (y en I+D) ha mostrado una tendencia al alza en los últimos años, y existen estudios que indican que las empresas españolas han incrementado significativamente su gasto en tecnología, y que esta tendencia se mantendrá en los próximos cinco años, este avance tecnológico ha de ir de la mano de una formación adecuada en este ámbito.
La digitalización es vista por muchas compañías, especialmente las PYMES, como un factor clave para la supervivencia, el crecimiento sostenible y la resiliencia en un mercado competitivo y en constante cambio. De hecho, España se sitúa en una posición relativamente favorable en la adopción de Inteligencia Artificial (IA) por parte de las empresas, superando la media europea en el uso de esta tecnología. Sin embargo, tan solo la mitad (un 50,97%) de las empresas encuestadas destinan un presupuesto anual a formación de sus empleados, con presupuestos que oscilan entre 10.000€ y 50.000€. Así, la apuesta por la formación continua muestra un avance, aunque todavía cauto.
Así mismo, a pesar de este incremento en la inversión media en formación, los datos sugieren que las empresas españolas aún no están priorizando el desarrollo de talento al nivel que exigen los rápidos cambios del mercado.
El estudio refleja también que solo un 23,87% de las empresas españolas permiten inversiones en tecnología superiores a los 50.000€, una cifra a menudo insuficiente para implementar soluciones disruptivas que realmente supongan una transformación de la productividad.
La formación: el verdadero cuello de botella de la empresa española EDUCA EDTECH Group subraya que la verdadera brecha no es solo tecnológica, sino de capacitación. La inversión en hardware o software sin la formación adecuada se traduce en herramientas infrautilizadas y una productividad estancada. La formación, por tanto, se consolida como el «talón de Aquiles» del empresariado español.
Rafael García-Parrado, CEO del grupo, señala que «estamos en un momento de inflexión.
El miedo a invertir grandes sumas en tecnología, reflejado en ese 23,87% que supera los 50.000€, es comprensible, pero la parálisis es más costosa a largo plazo. Sin embargo, la mayor preocupación radica en que el presupuesto de formación, aunque creciente, sigue siendo una partida secundaria para la mitad de nuestras empresas.»
El portavoz enfatiza la necesidad de un cambio de mentalidad estratégico: «Una inversión de 10.000€ o 20.000€ anuales es un buen punto de partida, pero debe dejar de ser una obligación y convertirse en una inversión estratégica de alto rendimiento. El upskilling y el reskilling no son un lujo, son la garantía de que cualquier inversión tecnológica se traducirá en una mejora real y sostenida de la productividad. Hoy, la agilidad del talento es el activo más valioso, y solo se logra con una formación ambiciosa y continua. El talento es el verdadero motor de la disrupción, no solo la tecnología.»
En vista de estas cifras, EDUCA EDTECH Group insta a las empresas a reevaluar sus presupuestos de capacitación para que el tejido empresarial español pueda aprovechar las tecnologías emergentes y oportunidades de formación y así mejorar en automatización de procesos.
“Para capitalizar la ola tecnológica y mejorar la productividad a nivel europeo, es imperativo que las compañías vean la formación no como un gasto operativo, sino como la principal palanca para el crecimiento y la mitigación de riesgos en un entorno volátil” sentencia García-Parrado.



