Madrid, 12 de noviembre de 2024.- La industria petrolera mundial enfrenta hoy importantes desafíos, en una sociedad que avanza hacia la transición energética, marcada por criterios de sostenibilidad y con el objetivo global de alcanzar la neutralidad de carbono a mediados de siglo. Estas compañías se ven obligadas a acometer una transformación profunda a todos los niveles, a repensar su realidad para enfocarse hacia el futuro desde una nueva perspectiva menos centrada en activos, y más en las personas y el cliente. Así se recoge en el eBook ‘La carrera contrarreloj de la industria Oil & Gas’, elaborado por la consultora global Olivia, especializada en procesos de transformación organizacional.Este documento analiza la situación actual de un sector que todavía hoy cubre más de la mitad de las necesidades energéticas primarias del mundo y emplea a cerca de 12 millones de personas, pero que en 2050 puede ver reducido su uso en un 75% si se alcanzan los objetivos de sostenibilidad marcados por la comunidad internacional. Esto supondría que, ya una década antes, en 2040, más de siete millones de barriles de producción de petróleo quedarían cada día fuera del circuito de consumo, lo que aboca a estas empresas a una urgente reconversión. “No es el primer sector en el que esto ocurre. Otras industrias antes tuvieron la necesidad de reinventarse. Un caso significativo es el de Kodak, cuya resistencia inicial al cambio impuesto por la tecnología digital le hizo perder el liderazgo de la industria fotográfica. Y en 2003, un advenedizo como Elon Musk, que venía del mundo de la tecnología y los negocios, fundó Tesla Motors para desafiar los paradigmas de la industria de automoción al crear vehículos eléctricos de alto rendimiento como alternativa a los automóviles de combustión, lo que representó un desafío para las empresas tradicionales e impulsó una transformación radical en el sector”, explica Alberto Bethke, socio fundador de Olivia y coautor del eBook junto a Jorge Gatto, socio y COO de la compañía.Asimismo, dentro de la propia industria de Oil & Gas, el documento recoge el ejemplo de British Petroleum: “Ya en 2002, su CEO de entonces fue pionero al declarar la necesidad de reinventar el negocio de la energía, y rebautizó a la firma como ‘Beyond Petroleum’. Fue en 2020 cuando pasó realmente a la acción y se convirtió en la BP actual, dejando de ser una empresa petrolera tradicional para convertirse en una empresa energética diversificada, multiplicando por 10 su inversión en renovables y reduciendo drásticamente su producción de petróleo. Hoy estamos asistiendo a una transformación similar de la española Cepsa, que acaba de anunciar su cambio de marca por la de Moeve, como parte de su estrategia para desvincularse del petróleo y convertirse en referente en movilidad sostenible”, comenta el experto de Olivia.Para la consultora, las empresas petroleras se encuentran en una carrera contrarreloj, y sin embargo la transformación del sector está todavía por hacer: las que ya han anunciado el objetivo de diversificar sus actividades hacia la energía limpia representan menos de una quinta parte de la producción actual de petróleo y gas. Y las inversiones en renovables por parte de esta industria fueron de unos 20.000 millones de dólares en 2022, en torno al 2,5% de su gasto de capital total. Estas son las claves que, según Olivia, deberán tener en cuenta para culminar este gran reto:– Conectar su propósito con el de las nuevas generaciones. Un estudio de LinkedIn revela que 6 de cada 10 profesionales europeos, especialmente zetas y millennials, no trabajarían en una empresa que no comparta sus valores, ni siquiera por un aumento de sueldo. La Generación Z será el grupo demográfico más numeroso de profesionales para finales de esta década, por lo que las compañías deberán acometer una transformación cultural profunda y demostrar un compromiso genuino con la sostenibilidad y la responsabilidad social para ser competitivas en la atracción de talento.– Centrarse en los clientes y no en el activo. Esta industria –especialmente las compañías petroleras productoras o integradas– está centrada en el activo: el yacimiento, la planta, la geología, los métodos de producción, y a ello dedica toda su tecnología. Pero esa misma tecnología debe orientarse hacia el análisis de datos, el comportamiento del consumidor y las energías alternativas. Esta nueva perspectiva requiere más visión y decisión que inversión: se trata de cambiar el paradigma mental arraigado en el sector para adoptar una mentalidad centrada en las personas y el cliente, más que en el activo.– Liderar desde el conocimiento profundo pero con un enfoque social y ambiental. Esta industria exige un enfoque especializado y basado en el conocimiento profundo de los procesos involucrados en la extracción y refinación de recursos naturales, así como de sus riesgos asociados. Por ello, se requieren líderes altamente especializados que puedan guiar eficazmente a los equipos a través de las transformaciones, pero abordando también el impacto de las operaciones en las comunidades locales y en el medio ambiente desde una actitud responsable y sostenible.– Dejar de vender energía para promover un mejor uso de la energía. El futuro del sector pasa por dejar de ser compañías que venden un solo tipo de energía para convertirse en organizaciones que asesoran sobre cómo mejorar el uso de la energía, adoptando una mentalidad centrada en el consumidor dispuesta a cuestionar las normas establecidas. Y competir de una manera que antes no hicieron, no solo en el suministro, sino también en el servicio, así como por el talento que haga realidad la transformación.“Este proceso no puede realizarse de forma radical, sino que ha de ser algo gradual, una carrera de fondo que comienza por transformar la cultura como base de la reconversión. Hoy, en la industria petrolera existe una conciencia real de la necesidad de cambio, pero el desafío está en llevar esta conciencia a la acción. Como en el trapecio, la clave está en la capacidad de soltar la cuerda en el momento preciso para agarrarse a la siguiente y avanzar hacia nuevas oportunidades. Y el momento, para este sector, sin duda es ahora”, sostiene Alberto Bethke. |