¿Qué aprenden las empresas que miden bien su tiempo?

Mayor eficiencia, conocimiento del talento interno y capacidad de anticipación, factores que diferencian a las organizaciones que poseen una cultura de medición madura.
Parece un cliché, pero eso no lo hace menos cierto: lo que no se mide no se puede mejorar. Cuanto antes una empresa interiorice esa realidad, antes podrá ser más eficiente, productiva y competitiva. Y es que las compañías que aplican metodologías de medición de forma sistemática a su operativa no solo optimizan y distribuyen mejor sus recursos, sino que también desarrollan una cultura organizativa más consciente y orientada a la mejora continua.
Son algunas de las reflexiones que WorkMeter, la empresa española especializada en soluciones digitales de registro automatizado de jornada, control del tiempo y medición de la productividad, ha hecho públicas acerca de la cultura de medición como fuente de aprendizaje empresarial.
Según la firma, las empresas que incorporan sistemas de medición a su cultura organizativa ganan en velocidad de aprendizaje, agilidad para detectar y corregir ineficacias y capacidad de reacción ante eventuales cambios en el entorno. “El aprendizaje continuo es una función clave en las empresas actuales, ya que en contextos cambiantes e inciertos la adaptación y la anticipación son esenciales para la supervivencia”, asegura Joan Pons, CEO de WorkMeter.
WorkMeter ha identificado siete grandes aprendizajes que adquieren las empresas cuando implantan una verdadera cultura de medición en su cultura. “Medir es el primer paso hacia una empresa inteligente”, dice Pons. Según el CEO de WorkMeter, las mediciones “permiten aprender a partir de datos objetivos generados dentro de la propia organización: conocer cuánto tiempo se dedica a cada tarea y qué recursos son necesarios para alcanzar determinados resultados. Esta información ofrece una ventaja clave para mejorar la capacidad de adaptación y potenciar el crecimiento”.
Los siete aprendizajes empresariales de una cultura de medición
- Control de la productividad. Por lo general, las empresas conocen sus cifras de productividad, pero de forma global, sin analizar qué comportamientos o dinámicas de trabajo de sus empleados son los que realmente las impulsan.
Conocen el “cuánto”, pero no el “cómo”. Herramientas como las de WorkMeter permiten analizar en detalle esos “cómos” de la productividad, ofreciendo a los gestores una visión clara de los hábitos y dinámicas que generan mejores resultados. De este modo, pueden reforzar las prácticas más eficaces y corregir o eliminar aquellas que no aportan valor.
- Optimización de recursos. Una cultura de medición también ayuda a las compañías a distribuir mejor sus recursos y a reforzar aquellos equipos o áreas en los que los datos evidencien carencias. Herramientas como la funcionalidad de gestión de proyectos de WorkMeter son muy útiles a la hora de dimensionar adecuadamente los diferentes proyectos en función de las necesidades de cada momento.
- Bienestar laboral. Los inputs que recibe la empresa acerca de productividad o tiempos de trabajo ofrecen valiosas pistas sobre el grado de satisfacción laboral. Bajadas en el rendimiento pueden alertar sobre problemas de motivación y compromiso, mientras que un exceso de horas trabajadas puede alertar sobre una mala planificación o ser la antesala de posibles problemas de salud física o mental de los trabajadores en el futuro.
- Detección de ineficacias. Las empresas y las personas que trabajan en ellas cometen errores. Es inevitable y, en cierta forma, imprescindible, ya que las equivocaciones son una gran fuente de aprendizaje. Pero para que ese aprendizaje se produzca es imprescindible una cultura que no esconda los errores, sino que los registre, analice y corrija.
- Toma de decisiones. Las mediciones son esenciales para mejorar los procesos de toma de decisiones de las empresas. Unas decisiones apoyadas en datos objetivos y en tiempo real siempre serán más ágiles, justas y con mayor nivel de certidumbre que aquellas que se toman a partir de simples percepciones o motivadas por la urgencia.
- Conocimiento del talento interno. Los datos registrados de los empleados brindan una completa panorámica del talento que hay dentro de la organización, de sus cualidades, potencial y áreas de mejora. Unos datos que ayudan a managers y empleados a realizar evaluaciones de desempeño más justas, equilibradas y basadas en evidencias objetivas, favoreciendo decisiones más transparentes y oportunidades de mejora reales.
- Mejora continua. Por último, como corolario de todo lo anterior, las mediciones ayudan a desplegar unas dinámicas laborales orientadas a la mejora continua, en las que mandos y trabajadores aprenden a potenciar sus fortalezas y a identificar sus áreas de desarrollo.


